Cambio Climático y Efecto Invernadero.
Cambio climático
El cambio climático consiste en las variaciones a largo
plazo de las temperaturas y los climas. Estas variaciones pueden ser naturales,
debido a cambios en la actividad solar o grandes erupciones volcánicas. Pero
desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido la principal causa del
cambio climático, debido sobre todo a la quema de combustibles fósiles como el
carbón, el petróleo y el gas. Las temperaturas globales están subiendo debido a
la actividad humana y el cambio climático pone en riesgo ahora todos los
aspectos de nuestra vida.
El cambio climático puede afectar a nuestra salud, a la
capacidad de producir alimentos, a la vivienda, a la seguridad y al trabajo.
Algunos de nosotros ya somos más vulnerables a los efectos climáticos, como las
personas que viven en pequeñas islas y otros países en desarrollo. Los efectos
del cambio climático incluyen ahora, entre otros, sequías severas, escasez de agua,
incendios intensos, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los
polos, tormentas devastadoras y pérdida de la biodiversidad.
Además, se ha observado que las regiones montañosas se
calientan a una velocidad diez veces mayor debido al cambio climático. Por
ejemplo, el deshielo del lago Lhonak y las lluvias inusuales de octubre de este
año han provocado desbordamientos que han arrasado con poblaciones himalayas.
Por otro lado, la Inteligencia Artificial (IA) y el Big Data
podrían ser herramientas valiosas en la lucha contra el cambio climático. Se
espera que estas tecnologías sean indispensables para cualquier actividad
humana, incluyendo el control del clima.
Efecto invernadero
El efecto invernadero es un fenómeno atmosférico natural que
consiste en que la radiación térmica de la superficie de la Tierra, que
normalmente se escapa al espacio, es atrapada por los gases de efecto
invernadero (GEI) presentes en la atmósfera debido a la contaminación del aire.
Este proceso empieza cuando la energía solar llega a la superficie de la
Tierra, pasando por la atmósfera, y calienta tanto el suelo, o geosfera, como
el agua, o hidrosfera. Sin embargo, desde hace ya varios años, el impacto de la
actividad humana en el planeta está alterando este proceso, convirtiéndolo en
algo negativo.
Los gases de efecto invernadero incluyen vapor de agua,
dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), los óxidos de nitrógeno (NxOy) y el
ozono (O3). Si en la atmósfera no hubiera ninguno de estos gases, la
temperatura media del planeta sería -18 °C y la vida sería imposible. Por otro
lado, si estos gases superan el nivel natural de su presencia en la atmósfera,
el calor acumulado en el planeta aumentará y cambiará el equilibrio climático
del planeta, acelerando o intensificando el calentamiento global.
La actividad humana ha crecido exponencialmente en los
últimos siglos y ha llegado al punto de generar el efecto invernadero negativo.
Las actividades humanas cotidianas, como fabricar, conducir, usar sprays o
practicar la ganadería intensiva e industrial, contaminan el ambiente
llenándolo de gases de efecto invernadero.
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